videovigilancia con cámaras termográficas
Determina la temperatura a distancia sin necesidad de contacto físico.
Videovigilancia con cámaras termográficas y su importancia en la actualidad
La situación actual del mundo a causa del COVID-19, ha transformado la rutina de millones de personas y ha sido inevitable la adopción de ciertas medidas. Una de las más importantes es la de evitar las conglomeraciones de personas, así como evitar que éstas entren en contacto. El contacto se ha convertido en un peligro inminente, que implicaría el riesgo de propagar aún más el virus.
Sin embargo, como la pandemia lleva ya tanto tiempo entre nosotros, poco a poco se ha ido retomando a la cotidianidad. Pero no hay que olvidar nunca el peligro al cual nos seguimos enfrentando cada día. Por ello, la importancia de detectar a posibles contagiados por medio de su temperatura es una medida que ayuda a detectar a posibles portadores del virus.
La videovigilancia con cámaras termográficas facilita el proceso y ahorra una cantidad de tiempo considerable, porque en la práctica resulta cansino el tener que tomar la temperatura separadamente a cada una de las personas que buscan pasar a un espacio. Es un método muy rápido y eficaz.
Es importante conocer que la videovigilancia con cámaras termográficas son una variación de las cámaras comunes, presentan una pantalla y lentes similares. La diferencia se encuentra en la imagen misma, dado que en lugar de tomar fotos esta capta la radiación de las personas, objetos o animales tal cual se muestra en su pantalla. Cuando señalen una temperatura elevada, alertará del hecho al instante, detectando posibles nuevos contagiados, y con ello negar su paso a los sitios resguardados.
¿Cómo funcionan las cámaras termográficas y para qué sirven?
La videovigilancia con cámaras termográficas son capaces de captar una imagen que es invisible a los ojos humanos, la radiación de nuestros propios cuerpos. Nuestros cuerpos emiten una onda de radiación cuya intensidad depende de la temperatura corporal. Mientras más elevada sea ésta, mayor será la imagen y mientras menor sea, será menos notoria.
La pantalla muestra la imagen a la cual se esté apuntando. El cuerpo en cuestión será de un color azul oscuro, mientras las ondas de calor serán de un color naranja amarillento. Una vez registrada la imagen, mostrará su temperatura, informándonos de manera rápida y sencilla si la persona puede representar un peligro o no.
Dicho de un modo más específico, las cámaras termográficas disponen de un sensor térmico llamado microbolómetro, el cual, al recibir la radiación infrarroja, se calienta y cambia su resistencia eléctrica. Este cambio equipara a una determinada temperatura, asignando un color para cada una de ellas y creando la imagen que podemos observar en la pantalla.
Las cámaras termográficas también son capaces de trabajar a temperatura ambiente y no necesitan de refrigeración alguna para su mantenimiento, lo que permite utilizarlas por largos periodos de tiempo sin necesitad de reposo.
Aplicaciones de las cámaras termográficas como medida de seguridad
La temperatura corporal es un tema con el cual se debe tener cuidado actualmente. Cualquier persona cuya temperatura sea de 37 grados en adelante podría ser un portador del COVID-19. Además de portar mascarillas en todo momento, también se debe vigilar la temperatura de absolutamente todos los que quieran entrar a un lugar en el cual haya muchas personas reunidas.
Establecer puntos de control obligatorios para poder acceder a un espacio es una manera sencilla de tomar la temperatura al mayor número de personas posibles en el menor tiempo. A toda persona que pase por el punto de control le apuntará una cámara termográfica, verificando su temperatura corporal. En el caso de que la misma sea elevada, se detendrá a la persona para hacérselo saber. De esta forma, se podrá crear un ambiente seguro en el cual no haya riesgo de contagio por medio de una persona a otra. Un método muy eficiente para conservar la seguridad de los trabajadores en oficinas o en espacios cerrados con un número alto de personas.
La videovigilancia con cámaras termográficas tiene capacidad de detectar radiaciones infrarrojas invisibles para el ojo humano, lo que supone una gran ventaja en muchas situaciones.
Entre otras aplicaciones de seguridad, las cámaras termográficas también son capaces de encontrar seres vivos escondidos. Si éstos se encuentran en un rango cercano, son capaces de detectar radiaciones infrarrojas incluso a través de objetos, lo que convierte a la videovigilancia con cámaras termográficas en una herramienta perfecta para la vigilancia de perímetros.
Así mismo, se utilizan en los sectores de la industria y construcción, siendo capaces de detectar el calentamiento de componentes eléctricos defectuosos, sobrecarga en circuitos eléctricos, fugas de calor e incluso humedad. La videovigilancia con cámaras termográficas es una de las herramientas más útiles en la detección de anomalías.